Seguro que ya sabe que la Ley de Portabilidad y Responsabilidad de los Seguros Médicos (HIPAA, por sus siglas en inglés) de EE.UU. se elaboró para proteger la seguridad y la privacidad de su información médica personal. Pero, ¿sabe que esa misma ley también le otorga el derecho, reconocido por la ley, de acceder y obtener una copia de sus registros médicos? Si se encuentra en Canadá, tiene estos mismos derechos en virtud de la Ley de Protección de Información Personal y Documentos Electrónicos (PIPEDA, por sus siglas en inglés).
Es posible que tenga que presentar su solicitud por escrito, aunque puede solicitar cualquiera o todos los registros mencionados de los proveedores de asistencia sanitaria o de los planes de salud: registros de facturación y pago, información sobre el seguro, resultados de pruebas de laboratorio, imágenes médicas, información sobre programas de bienestar y gestión de enfermedades, así como apuntes de casos clínicos registrados en sus expedientes.
El acceso a sus registros personales de salud lo coloca en el asiento del conductor cuando se trata de tomar decisiones sobre su salud, ya sea para planificar cambios en el estilo de vida, controlar una afección crónica o solicitar una segunda opinión médica.
Gracias a los registros sanitarios electrónicos actuales, obtener información sobre su salud personal nunca ha sido tan fácil. Si le interesa buscar una segunda opinión sobre un diagnóstico o plan de tratamiento original, WorldCare puede ayudarle a usted y a su médico a acceder rápidamente a sus registros médicos.
Las enfermedades respiratorias comprenden una amplia gama de patologías, como el resfriado común, la gripe, la neumonía, el virus respiratorio sincitial (VRS) y el COVID-19. La causa de todas ellas son los virus que se replican en el interior de las células vivas del tracto respiratorio superior o inferior. Se propagan a través de las gotitas respiratorias de las personas infectadas, ya sea por el aire o al tocar superficies contaminadas y luego tocarse la boca o la nariz.
Vacúnese. Hable con su médico para ver si está al día con sus vacunas. La vacunación le protege a usted y a los que le rodean de enfermarse. | |
Lávese las manos. Es una de las mejores formas de prevenir las enfermedades infecciosas. La mejor opción es lavarse las manos con agua y jabón, aunque también puede usar un desinfectante de manos si no los tiene a la mano. | |
Cúbrase al toser y estornudar. Use un pañuelo para cubrirse la boca y la nariz al toser o estornudar, y luego tire el pañuelo a la basura. Si no dispone de un pañuelo, tosa o estornude en el codo, y no en las manos. | |
Quédese en casa si está enfermo. Evite la propagación de la infección al quedarse en casa y aislarse de los demás miembros de la familia en la medida de lo posible. | |
Mantenga su casa limpia. Desinfecte las perillas de las puertas y otras superficies de contacto. Lave las toallas de mano que haya utilizado. | |
Medidas adicionales. En el transcurso de la pandemia de COVID-19, el uso de mascarillas y el distanciamiento social fuera del hogar han ayudado a frenar la transmisión generalizada de la enfermedad. |
Fuente: American Lung Association
Se sabe que el ejercicio beneficia a la salud del cerebro, incluso a las personas que sufren la enfermedad de Alzheimer. No obstante, los mecanismos biológicos que subyacen a su funcionamiento no se conocen con exactitud.
Hace poco, investigadores del Instituto de Investigación Mass General descubrieron que una hormona que se produce en los músculos al hacer ejercicio, llamada irisina, desempeña un papel fundamental en los beneficios del ejercicio para la salud del cerebro. También descubrieron que los modelos de ratón de la enfermedad de Alzheimer a los que se inyectaba la hormona mostraban un mejor rendimiento cognitivo en términos de aprendizaje, memoria, discriminación de contextos y reconocimiento de patrones.
El estudio se publicó en Nature Metabolism. Los resultados sugieren que la hormona irisina amerita una mayor investigación que algún día podría conducir a un nuevo tratamiento para las personas con la enfermedad de Alzheimer.
Si usted es como el estadounidense promedio, ha estado consumiendo nada menos que 57 libras de azúcares añadidos cada año. Esa cifra incluye solo el azúcar añadido a más del 65 % de los alimentos procesados, como los productos de panadería, las bebidas azucaradas y los condimentos. No incluye los azúcares naturales, como los que se encuentran en la fruta.
Los azúcares añadidos en la dieta estadounidense son los principales causantes de las elevadas tasas de enfermedades cardíacas, diabetes, aumento de peso, y obesidad, así como de los crecientes gastos sanitarios. Un equipo de investigadores del Mass General Hospital, la Harvard T.H. Chan School of Public Health, la Tufts University y el New York City Department of Health and Mental Hygiene ha descubierto últimamente que la reducción de los azúcares añadidos en los alimentos procesados a los niveles recomendados podría evitar 2.5 millones de eventos, 490,000 muertes por enfermedades cardiovasculares y 750,000 nuevos diagnósticos de diabetes a lo largo de la vida de los adultos. Al mismo tiempo, los gastos sanitarios se reducirían en 4.28 millones de dólares.
— Dra. Neveen El-Farra, profesora de medicina clínica en la Escuela de Medicina David Geffen de la UCLA y directora médica de los servicios internacionales de UCLA Health.
Nos apasiona la importancia de las SOM y no somos los únicos. La Dra. Neveen El-Farra, catedrática de renombre y directora médica de servicios internacionales de nuestro socio WorldCare Consortium®, UCLA Health, habló recientemente con Becker’s Hospital Review acerca de por qué los pacientes deberían aprovechar su derecho a buscar una segunda opinión y de qué manera favorece su bienestar y su plan de atención cuando se les diagnostica una afección crítica.